1.- Marca horarios de comida fijos
Una excelente idea para implementar en la rutina diaria es servir la comida todos los días a la misma hora. Si tienes pareja, pueden definir juntos el horario que mejor se adapte a ustedes e incluso pensar de a dos los menús en base a los gustos y costos de la familia.
De esta manera, será más sencillo preparar los alimentos y generar un hábito en los niños. Ya no tendrán que perder tiempo llamándolos para que vayan a comer: ellos solos vendrán porque se les ha encendido la “alarma” que les avisa que ya es hora de alimentarse.
2.- Prioriza
Si has viajado alguna vez en avión sabes que, en caso de emergencia, tienes que ponerte primero tú la máscara de oxígeno y luego colocársela a tu hijo. Bien, ahora traslada esa misma lógica (sin el carácter de urgente) a tu vida diaria.
Primero tienes que alistarte tú, acomodar tus cosas, vestirte y pensar qué es lo que vas a precisar durante el día. Quizás te parezca imposible de lograr pero este hábito puede hacer la diferencia por el resto del día. Para llevarlo a cabo basta con que te levantes unos minutos antes de lo que acostumbras. Notarás el cambio desde el primer día.
3.- Cocina la Cena por la mañana
Sabemos que en general las mañanas son bastante complicadas. Sin embargo, preparar la cena en la hora de la mañana puede hacer un cambio significativo en tus rutinas diarias. Verás qué bien se siente llegar a las 6 de la tarde y no tener que correr al supermercado para ver qué puedes cocinar.
4.- Lleva una libreta
Claro que tu teléfono tiene una aplicación para anotaciones pero no es lo mismo: nada como el papel para lograr una buena organización. Anota las tareas pendientes y cualquier otra idea que quieras recordar en una libreta pequeña. Puedes tenerla en casa o, mejor aún, llevarla contigo a donde vayas por si surge algo que no quisieras olvidar.
5.- Permítete decir que no
Las mamás tienen ciertas responsabilidades con las que tienen que cumplir a diario. Sin embargo, no todas las actividades pautadas tienen que hacerse en el mismo día ni todas juntas. Anímate a decir que no algunas veces y permítete libertad con respecto a las tareas a realizar.
6.- Asigna un momento de descanso
Si eres una de esas mamás ocupadas que van de acá para allá todo el día con mil tareas para concretar recuerda que tienes que hacerte un tiempo para el descanso. Muchas veces detener todo lo que tienes para hacer, descansar el cuerpo y aquietar la mente es lo mejor que puedes hacer por ti misma y los niños. Así que dedica un momento del día para regalarte unos preciados minutos y verás que la rutina se hace mucho más amena.