‘Ya no era amor, era costumbre’. Es la típica frase que utilizan las parejas para explicar el fin de sus largas relaciones, pero ¿en qué momento se acaba la pasión, el deseo y la atracción, para dar paso a la rutina, la monotonía y el aburrimiento?
Cuando se empieza a sentir desinterés por la otra persona, hay dos caminos a seguir. Uno, hablar. Decirle que ya no existe la misma emoción de antes, esto será el inicio para que ambos pongan de su parte a fin de hacer que el amor, las ganas de seguir uno con el otro y la necesidad de recuperarse vuelvan a estar latentes.
Inicien nuevos planes, nuevas citas y nuevos proyectos.
“Si por el contrario, la pareja se niega a expresar lo que siente, y solo muestra fastidio y hartazgo, entonces ya no habrá mucho que hacer, porque se habrá perdido voluntad de estar juntos, aunque siempre se puede acudir a una especialista para dar con la mejor solución”, aconseja la especialista.