El amor no solo es un sentimiento; también es un duro trabajo que, bien llevado, puede darnos el placer más profundo. Una relación amorosa se inicia con sentimientos intensos y desbocados. Hombre y mujer son capaces de llevarse el mundo por delante al lado de su ‘media mitad’.
1. Identidad. Tu esencia no debe cambiar. Quizás puedas variar determinadas conductas que son perjudiciales para su relación, pero no tu forma de ser.
2. Complicidad. Construye un lenguaje particular con tu pareja con miradas, gestos y expresiones. La capacidad de reírse con el otro, de expresarse libremente sin prejuicios no tiene precio. Además, harán única a la relación.
3. Confidencialidad. Es necesario que tanto tú como tu pareja puedan sentirse libres de expresar sus pensamientos y sentimientos. Si no te sientes cómoda hablando con la persona que quieres, hay algo que debe cambiar.
4. Apoyo y contención. Es importante que tu pareja esté cuando tú lo necesites y a la inversa. Cuando uno está en una relación, se comparten los buenos y los malos momentos. El compañerismo es fundamental y es base del crecimiento.
5. Aceptar errores y perdonar. Tiene que ver con la flexibilidad. Todos nos equivocamos, lo importante es saber cuándo aceptar que nos equivocamos. Perdonar las acciones de nuestra pareja, tiene que ver con dar la posibilidad de cambio.
6. Creatividad. Para que el amor se mantenga vivo es necesario decir cómo nos sentimos. Ser ingeniosos a la hora de enfrentar determinadas situaciones, fortalece la relación. No hay que dejarse caer en la rutina y la monotonía.
7. Confianza. El miedo destruye y la confianza construye. Por ese motivo, los celos no conducen a ningún lado, sino que tienen que ver más con la idea de posesión que de amor.