Según la tradición cristiana, Ana fue la madre de María y la abuela de Jesús de Nazaret. Todos los datos que se conocen sobre su vida se extraen de los denominados “Evangelios Apócrifos”, que no están admitidos por la Iglesia dentro de sus libros oficiales. Ana había nacido en la ciudad de Belén, era descendiente del rey David y de Leví e hija de Mathan y Emerenciana. En los idiomas hebreo y árabe ella es conocida como Hanna.
Santa Ana es patrona de los mineros, de las mujeres trabajadores y de las mujeres embarazadas en el momento del parto. También es patrona de Bretaña, de la provincia canadiense de Quebec y de diversos países a lo largo y a lo ancho del mundo. Su imagen milagrosa es venerada de Notre Dame. Venerar y pedir a Santa Ana es también agradar a Dios y a María. Ana es quien sincretiza con Anaisa Pye, la patrona del amor que brinda felicidad y prosperidad y que conoce todos los secretos y los misterios de la seducción para conquistar los corazones de los hombre,