“Oh glorioso Apóstol San Judas Tadeo,
siervo fiel y amigo de Jesús,
el nombre del traidor ha sido causa
de que fueses olvidado de muchos,
pero la Iglesia te honra y te invoca como patrón
de las causas difíciles y desesperadas.
Ruega por mí para que reciba yo los consuelos
y el socorro del cielo en todas mis necesidades,
tribulaciones y sufrimientos, particularmente,
y para que pueda yo bendecir a Dios en
tu compañía y con los demás
elegidos por toda la eternidad.”
¡AMEN!