Señor, Dios nuestro y Padre celestial, te damos gracias por permitirnos presentar ante de ti nuestros fracasos y pecados, y por darnos a Uno que interviene para ayudarnos tal y como somos, con la ayuda apropiada para el bien y la maldad en nuestra vidas.
Te agradecemos que pueda ser consolada toda nuestra época, e incluso los horrores de nuestros días puedan dirigirse para bien, porque ya todo está ante tu bendito cuidado. La salvación llegará de un desastre y de la muerte, la vida. ¡Alabado sea tu nombre glorioso y omnipotente! Protege nuestra fe en tu Siervo. Que siempre encontremos la fuerza y el coraje, incluso cuando el dolor nos agobia. Como hace 17 años. El momento está por llegar cuando tu amor y bondad será revelado a todas las naciones de la tierra.
Amén.
Amén.